Para mi este es uno de los finales de comida más agradables que hay, sobre todo si esta ha sido copiosa o grasa. Además es tan, tan fácil…
Tiene 2 ingredientes que pocas veces se nos ocurrirían añadir a un postre, pero os aseguro que funcionan a las mil maravillas:
El aceite de oliva le da una untuosidad y un sabor muy interesantes. Y los cristales de sal cuando se rompen en la boca explotan y de repente te encuentras con un sabor mucho más intenso… merece la pena probar. [Seguir leyendo…]