Este fue uno de los días más interesantes del viaje, pero también uno de los más cansados, nos levantamos a las 4 de la mañana para llegar a las 5 al mercado y llegar a tiempo para la subasta de atunes. Estoy seguro que os va a encantar.
Nada más llegar, lo primero que hicimos fue ir a tomar un gran bol de ramen a un puesto con uno de los mejores ramen que tomé en todo el viaje. Estaba hecho con caldo de cerdo, lomo de cerdo en láminas finísimas, puerro y cebolla. Por lo visto tiene muchísima fama, la gente que nos llevó nos contó que Adriá siempre que va al mercado se toma unos ramen ahí.