Las alitas son la parte más sabrosa del pollo porque contienen una alta proporción de grasa, lo que le da su sabor característico, no sólo al pollo sino a todas las carnes: por ejemplo, si al cordero, que tiene un sabor tan peculiar, le retiras su grasa, este tendrá un sabor cárnico poco diferenciado del resto de carnes. En la foto puedes ver la mantequilla todavía fundida, la piel y parte de los componentes sólidos que quedan en la sartén). [Seguir leyendo…]