Ya os he hablado del hígado de salmonete en otros posts, pero en este caso quería dedicar uno solo a este ingrediente tan impresionante. Siempre lo había tomado como ingrediente secundario y la verdad es que su sabor se merece todo el protagonismo del sabor principal. La única pega es su pequeño tamaño, por lo que no queda más remedio que hacer una tapita. Tiene un sabor increíble intenso y pronunciado a mar y a marisco, muy parecido al de los erizos de mar, pero sin ese toque ligeramente terroso que tienen.
¿Cómo distinguirlo? Abre la tripa de un salmonete bien grande insertando unas tijeras por el orificio y corta hasta la cabeza (cuidadito que las fotos son para mayores, si pinchas en continuar, ya estás advertido, ¿eh?) [Seguir leyendo…]