Sin lugar a dudas, este es mi bocata favorito de todos los tiempos y nacionalidades: equilibrado y lleno de matices, con sabores frescos de los encurtidos, la textura cremosa de la mayonesa, los aromas del cilantro, el toque ligeramente picante, la jugosidad de la carne… (aunque bien preparado, un buen bocata de calamares también es de lo mejorcito de puede uno llevarse a la boca, eso sí, con una sola dimensión).
Normalmente se hace con cerdo, pero en este caso me decidí por la lengua porque me encanta, es jugosa, ligeramente gelatinosa y está buenísima.
En Vietnam se venden en puestos callejeros, los tuestan en unos hornillos con pan abierto en 2… ¡¡¡Ahhh!!! ¡¡Qué bueno por favor!!, ya no puedo ni seguir pensando: