Si te gusta acabará siendo parte de tu fondo de nevera, siempre disponible para aliñar y terminar de dar sabor a tus tapas y platillos. Combina de maravilla con cilantro y lima, úsalo con huevo, arroz, pasta, sopa de ajo… las posibilidades son infinitas. Por orden: saldado, picante y algo dulce – por no hablar de su delicioso aroma.
Lo interesante es que, como tiene muy poca agua y resulta bastante salado, dura una eternidad, incluso fuera de la nevera. Y además aporta un intenso sabor a cualquier plato. Cuando lo uses, no pienses en carne picada, utilízalo para terrminar de aderezar, como si fuera sal, pimienta o guindilla.
Ingredientes (las cantidades son sólo orientativas, deja que tus preferencias te guíen):
- 1 kg de carne ternera picada
- 6 dientes de ajo muy picados
- Un montón de jengibre, también bien picado (si te gusta)
- Una buena cantidad de hojas de lima kaffir pien picaditas y sin el «nervio» central
- 1 cucharada de sal
- 5 guindillas «bird’s eye»
- 2 cucharadas de pasta de gambas fermentada (a la venta en supermercados asiáticos)
- 5 cucharadas de salsa de pescado tailandesa (a la venta en supermercados asiáticos)
- 3 cucharadas de azúcar
Preparación:
Saltea el ajo y el jengibre en aceite hasta que quede bien dorado. Añade la pasta de gamas fermentada y dora para realzar su sabor.
Incorpora la carne picada junto con el resto de ingredientes y saltea hasta que se dore bien y reduzca a 1/4 su volumen.
Tiene que saber dulce, ser más salada de lo normal y bastante picante. Cuando casi esté hecha prueba y rectifica si fuera necesario.