Buenísimo… no tengo mucho más que decir… [Seguir leyendo…]
El ají amarillo es de origen peruano y tiene un sabor increíble, bastante distinto a los pimientos habituales. Es aromático, fresco y muy afrutado y es ligeramente picante. Si quieres aumentar el grado de picante del ají (de este y de cualquier otro pimiento picante), aquí va un truco: antes de quitarle las pepitas, «endiablalo»: ponlo sobre una mesa y dale un par de vueltas aplastándolo ligeramente para que el picante de las pepitas se transmita a la carne. Luego abre y retira las pepitas. [Seguir leyendo…]
En realidad esto es una mezcla entre una crema de marisco tradicional pero con las especias de un laksa (en otra proporción) y en vez de usar nata, tiene leche de coco. El resultado es bastante distinto porque la proporción de especias y de leche de coco es mucho menor, se reduce el picante para que la puedan tomar todos, siendo el sabor protagonista el del marisco. En definitiva, una crema con el protagonismo del marisco, cremosa por la leche de coco, ligeramente especiada y presentada de una manera más elegante a la de un laska (ver post anterior). Y para darle un color más cercano al del marisco, he reducido la cúrcuma que da un color muy amarillo y he añadido algo de tomate.
Otra diferencia fundamental entre este plato y un laksa es que aquí he emulsionado la crema con goma Xantana. El motivo: para ligarla y espesarla. De esta manera se le devuelve ese aspecto más entero de una crema tradicional de navidad. Cuando se cuece la leche de coco, se acaba cortando, dejando a la vista la grasa, que forma una dispersión y eso es justo lo que quiero evitar.
Es verdad que leyendo la receta parece complicada, pero te puedo asegurar que no tardé más de 2 horas y media en prepararlo para unas 18 personas.
Y otro dato importante, todos los ingredientes «extraños» los puedes encontrar en [Seguir leyendo…]
Un plato sin ningún misterio y buenísimo. Me ha encantado cómo combinan la textura crujiente de las judías verdes con la jugosidad de los berberechos. Y bueno, es verdad, se repiten los ingredientes de los últimos platillos, pero es lo que hay…
Para hacerlo, saltea las judías a fuego fuerte hasta que queden al dente y un poco doraditas por fuera, haz los berberechos como el la receta del Calamar que te ví con el berberecho y aliña con el jugo que han soltado los berberechos, zumo de limón, salsa de soja, un chorrito de aceite de oliva suave. Y en el último momento añade la ralladura del limón.
¿Hay algo más simple y tan bueno?…
Un plato fácil de verdad y casi para principiantes.
Lo más difícil es coger el punto a las vieiras, que como se hagan demasiado quedan demasiado duras. Tienes que conseguir una vieira dorada por fuera y cruda por dentro. Para esto tienes que hacerlas al máximo que dé el fuego. Yo las hago en inducción a la máxima potencia.
Esta preparación es de Tetsuya, un cocinero japonés afincado en Australia.
El aceite es intensísimo, pero muy distinto del sabor que tiene un caldo de marisco: esto es porque los aromáticos que se disuelven el aceite son distintos de los aromas que se diluyen en agua. Además, como podéis ver por la foto, tiene un color rojizo intensísimo: el color que cogen los mariscos por efecto del calor sólo se disuelve en una grasa (es liposoluble), por eso, cuando se hace un caldo de marisco nunca tiene este color tan intenso, de hecho el caldo coge un color más bien grisáceo parecido al del marisco sin cocer.
Con esta preparación obtienes 2 productos aprovechando al máximo los ingredientes y sus capacidades aromáticas. Parte de los aromas van a ir al aceite y parte al caldo, dando matices muy distintos a cada uno de los productos.
Esta preparación también se puede hacer con gambas, langostinos o incluso con carabineros.
Puedes utilizarla para aromatizar y dar un color atractivo a una mayonesa, para añadirla a un gazpacho… y para lo que tú quieras (si la haces, por favor escribe un comentario contando para qué la has utilizado). [Seguir leyendo…]