Mira qué maravilla me llegó a casa y lo fresco que está – de Sal y Laurel
La mezcla entre pieles de pollo crujientes y el sabor a mar dulce de los erizos parece cuanto menos improbable, pero el resultado ha sido muy bueno. La piel le dio un sabor intenso que no quitaba ningún protagonismo al erizo y el huevo terminaba de dar sentido a todo con la cremosidad de su yema. Me ha gustado mucho.
Este post me ha salido muy fotográfico, espero que os guste.
Preparación:
Limpia bien las pieles de restos de pluma
Cuece la piel al vapor en olla exprés durante 10 minutos
Seca bien, enfría la piel para que no resulte tan frágil, retira el exceso de grasa y corta en lonchitas finísimas
Ahora a la sartén con un poco de aceite y unas gotas de salsa de pescado, deja dorando a fuego medio con unos dientes de ajo hasta que quede crujiente
Ya lo tienes, secos, crujientes y con un sabor increíble – puede que no llegue más de la mitad a la mesa
Ahora pela los ajos, añade unos cristales de sal y dos gotas de vinagre. Aperitivo improvisado
Se acabaron los ajos rápidamente.
Pero volvamos al protagonista del plato, lo que le va a dar ese sabor marino suave y dulce. Saca las lenguas del erizo ayudándote de una cucharilla, limpia en un bol con agua para retirar impurezas y restos de espinas y reserva las lenguas
Haz unos huevos de codorniz a la plancha a fuego fuerte para que la clara quede dorada y crujiente y la yema todavía líquida
Sirve 4 huevitos a cada comensal y sobre este unas las tiras de piel de pollo crujiente, el erizo, unos cristales de sal y una hoja de cilantro
Tuesta un poco de pan para acompañar… y se toma con una espátula de cocina, que si no se desmorona el invento.