¿A que si te ofrecen ir a un restaurante de una cadena en un centro comercial no te parece el mejor plan del mundo? No estamos acostumbrados a pensar que haya grandes restaurantes en centros comerciales, pero aquí, en Asia, la cosa es distinta. Y tampoco estamos acostumbrados a comer bien en una cadena. Pero Ding Tai Fung, restaurante de origen Taiwanés especializado en dim sum, es un espectáculo. Me gustó mucho ver que habían incluído en su carta dim sums adaptados a los gustos de los tailandeses. El cuidado e higiene que se respira en la cocina es espectacular y la perfección de sus dim sums son para ponerles un pisito.
Esta fue la única vez que tomé comida que no fuera de la región en todo el viaje, pero alguna vez hay que romper reglas, sobre todo si se tiene la oportunidad de comer dim sum tan, tan buenos.
Huevos milenarios con jengibre, salsa de soja y vinagre. De una calidad increíble y de sabor suave. Me encanta cuando la yema todavía está melosa.
Setas de oreja frescas. Ya he hablado de ellas en otros posts. Mucho más buenas que las secas. Me encanta su textura ligeramente crujiente.
Bao o pao relleno de carne de cerdo a la barcacoa. La masa, dulce y el cerdo, delicioso.
Baby pac choi salteado en wok con ajo. Con el punto perfecto, la parte clarita, crujiente y la verde fantástica.
Dumplins rellenos de verdura y pollo
Sopa de pollo de granja. Como siempre con las sopas chinas, algo sosas para nuestro gusto, pero con un aroma a pollo increíble. Cocinadas al vapor durante unas 12 horas (creo recordar).
Y el plato estrella: xiao long bao, dumplins típicos de Shangai. Masa finísima rellenos de carne de cerdo y cangrejo y el caldo de cerdo. Mil veces mejor que las esferificaciones. Revientan en la boca como bombas de sabor.