Restaurantes tradicionales de dim sum de Hong Kong

Ya quedan pocos restaurantes de dim sum tradicionales. Se llama restaurantes de dim sum de carritos, porque los pasean por las mesas hasta que se quedan sin los platillos de bambú en los que se cuece la comida al vapor. Y es una pena porque son una pasada.

Entrar en el local en hora punta y verlo lleno de gente hablando alto, el local a tope y luchar por conseguir un sitio es toda una experiencia. Y no digo conseguir de forma casual, encontrar sitio no es difícil, lo que es difícil es poder llegar al sitio sin que te lo hayan quitado antes: una vez oteado hay que ir, cual cazador sin remilgos a por él, y rápidamente y despiadadamente ocupar los sitios que necesites en una de las mesas llenas de gente.

Ya sólo queda pedir que te sirvan un té pu-erh y, esperar, impaciente, con la boca salivando, a que lleguen las bandejas con platillos y elegir lo que más te apetezca.

Mientras tanto, sólo queda entretenerse lavando los palillos, platos y bloles en el té, igual que hacen los locales.

La diversión y el placer están asegurados.

Nikkei 225. Increíble fusión entre Japón y Perú

La semana pasada tuve la suerte de que nos invitaran a Nikkei 225, sin duda uno de los mejores restaurantes japoneses que hay en Madrid. Y lo mejor es que estuve rodeado de un gran grupo de amigos, nos lo pasamos genial.

Donde más me gusta ir a comer es a restaurantes japoneses porque la comida siempre es ligera, suave y sales del restaurante sin sensación de estar saturado, como por desgracia suele pasar en la mayoría de sitios, que abusan de ingredientes grasos. Sin embargo, para mí el gran pero de los japoneses es que, a pesar de ser delicioso, los sabores son sutiles, demasiado suaves, algo neutros. Este no es el caso de Nikkei 225. Debido a su influencia peruana, sus sabores son más marcados, más pronunciados, más intensos, lo que aumenta la capacidad de disfrute e intensifica la experiencia. Cuando a uno le hablan de restaurantes “fusión” tengo la tendencia dudar y pensar en una mezcla forzada, en que vas a salir con la sensación de que se ha montado un puzzle con piezas de distintos rompecabezas y el resultado final no concuerda. En este caso pasa lo contrario, el toque peruano refuerza con esa intensidad que a veces hecho de menos en la cocina japonesa, esa viveza y espontaneidad de la cocina peruana, que, en vez de ronronear, baila en la boca a ritmo de ají.

Empezando por lo más básico, que siempre es lo más importante, tienen uno de los mejores arroces de sushi que se preparan en Madrid, al mismo nivel que el de Miyama y Sushi 99, con el punto perfecto de cocción, poco prensado al preparar el sushi, lo cual es un gustazo porque se deshace en la boca y resulta liviano y además, está “aliñado” a la perfección. Y los pescados son increíbles.

Y como todo, también tiene su lado negativo, es bastante caro, claro que depende mucho de lo que comas, lo cual es un problema en cualquier japonés porque uno nunca queda lleno y se puede pedir y pedir sin límite, especialmente cuando ves platitos y platitos que quieres probar, algo dificilísimo de resistir en un restaurante como este. Al final, aunque puedes acabar pagando entre 80 y 120€ por persona, creo que merece la pena.

Qué comimos? Esta vez nos pusimos las botas y tomamos un menú con mucha más influencia peruana de lo que había tomado yo antes. Y para rizar el rizo, acompañaron la comida de Champainges impresionantes. Me llamó muchísimo la atención el último que tomamos, un vino envejecido, de tono oscuro, impresionante.

  • Usuzukuri de Toro con tartar de tomate y confitura de jengibre.
  • Usuzukuri de pescado blanco del día.
  • Ceviche de corvina en salsa de lulo y wasabi.
  • Cangrejo real a la plancha con aderezo de cebollas y miso.
  • Niguiri Sushi by nikkei 225: Guncan de tartar de atún con huevo de codorniz, Guncan Criollo versionando el pan con chicharrón peruano, Pez mantequilla con adobo de anticucho y pesto de cilantro, Guncan de anchoas con puré de tomate y aguacate.
  • Chupe de gambas al curry
  • Tempura de Bacalaitos
  • Tempura de Ortiguillas
  • Postre: Pisco Sour.

Lubina curadada en alga kombu

A estas alturas casi todos hemos probado pescado crudo. En concreto la lubina me gusta porque es algo grasa y tiene una textura dura y resistente, ideal para tomar cruda.

Pero me imagino que muy pocos habéis probado un pescado crudo y curado en un alga. El resultado es muy interesante y sorprendente: durante el proceso, el pescado absorbe el ácido glutámico del kombu (uno de los ingredientes que más glutamato contiene), se sala y se contagia de los aromas marítimos del alga. Además, la sal expulsa parte del agua del pescado, concentrando su sabor, dando una textura un poco más compacta y un color un poco más oscuro.

Lo más interesante sin duda es su aroma fresco a algas, recuerda al olor de una playa a la que el mar acaba de llevar algas frescas.

Si quieres sustituirlo por otro pescado, utiliza pescados de sabor neutro para que el sabor del alga  no se mezcle llegue con claridad.

No necesita tomarse con salsa de soja porque ya tiene mucho sabor, pero si quieres, puedes.

Ingredientes

  • Láminas de alga kombu
  • 1 lubina
  • Sal
  • Sake seco para cocinar
  • Salsa de soja japonesa (opcional)

 

Preparación:

Limpia el pescado, quita las espinas centrales con unas pinzas  y corta en láminas finas en contra del músculo.

Sala el pescado y deja reposar unas 2 horas.

Luego salpícalo con un poco de sake y envuélvelo entre dos láminas de kombu (previamente remojado) entre 2 y 5 horas o, sí vas a dormir, durante una noche entera.

Ya sólo queda tomarlo.

Taller de Nuevas técnicas de cocina en Apeti’oh!

El próximo sábado 12 de mayo doy un curso de nuevas técnicas de cocina en Apeti’oh!, un escuela de cocina con la que llevo colaborando un tiempo – ya he dado unos cuantos cursos con ellos y estoy encantado.

El curso dura 3 horas, de 11-14 y creo que puede ser muy divertido, por lo menos yo me he lo he pasado muy bien haciéndolos – ¿cómo no me lo voy a pasar bien si es uno de los temas que más me divierten?

Todo lo que hagamos serán platos sencillos que puedas hacer en casa sin ningún problema y sin ingredientes demasiado raros y con utensilios habituales.

El curso está pensado para es que hagáis vosotros mismos los platos y veáis lo fácil que resultan. Esto es lo que tenemos plafinicado:

  • Gazpacho ligero y cremoso con goma xantana
  • Pescado con crema intensa de zanahoria con naranja y avellanas cuasiquemadas (Maillarización «express»)
  • Salmón confitado al vacío sin aparatos complicados, mahonesa de wasabi
  • Piña colada gelificada con agar-agar

Lo más interesante es además hablaremos sobre el cómo y los por qués de cada una de estas técnicas para que podáis adaptarlas a vuestras recetas y platillos y así mejorar alguno de los procesos.

Espero que nos encontremos por ahí y nos pongamos cara ;). Si os interesa, visitad su web para ver información sobre los cursos.

Émilie: nuevo blogger en Umami-Madrid

Tengo el placer de presentaros a una nueva colaboradora que estoy seguro va a aportar muchísima frescura y espontaneidad al blog. Además de ser economista y experta en comunicación y marketing, se ha formado trabajando como cocinera, panadera y pastelera y ha estudiado cocina clásica en París. Y encima comparte mi pasión por la comida asiática, así además de seguir la misma línea que ha llevado el blog hasta ahora y aportará algo que lleváis pidiendo desde el principio: postres y dulces. Y sin más, os dejo que ella os cuente:

 

Asiatica, economista, cocinera, francesa, nómada, pastelera… y a veces payasa. Me llamo Émilie.

Desde pequeña soy una apasionada de la gastronomía, algo bastante típico que se podria leer en el “sobre mi” de muchos otros blogueros adictos a la gastronomía… ¿algo atípico? Soy francesa, nací en Paris, soy de origen asiático: mi padre es de Laos y mi madre es china-vietnamita y nació en Camboya. Ahora vivo desde hace poco en Madrid.

Estudié en Paris en una escuela de negocios, especializándome en temas de marketing, comunicación y estrategia, viví 3 años en Londres pero no pude resistir mucho hasta que cedí a la llamada de la cocina… ¡y cambié mis tacones por zapatos de cocinera! Estudié de nuevo, esta vez en una escuela de cocina en París, y después estuve trabajando como cocinera y pastelera. Ahora quiero aprovechar todo lo que he aprendido en toda mi carrera profesional y dedicarme a temas de marketing y comunicación relacionados con la gastronomía.

¿Cómo cocino? Mezclando, improvisando, investigando y equivocándome de vez en cuando. Mis origenes, mi recorrido y mi personalidad se muestran a través de mi cocina, donde la mantequilla y la salsa de soja son dos amigas que se llevan muy bien juntas.

Tengo el gran placer de que me hayan invitado a escribir en e blogl Umami-Madrid, espero que me perdonéis algunos errores gramáticales y sobretodo que os divirtáis leyendo algunos post culinarios que quiero compartir con vosotros.

¡Saludos!