Pescados O Grove: el pescado más fresco directo desde la Ría de Aurosa y sin intermediarios

Hoy os queremos hablar y recomendar encarecidamente la web de Pescados y Mariscos de O Grove que pertenece a la Cofradía de Pescadores San Martiño do Grove y por tanto a los marineros y mariscadores de la Ría de Arousa.

¿Por qué? Antes de nada por la calidad de sus productos. Hace dos semanas hicimos un pedido cautivados por lo que nos contaban en su web, por la calidad que parecían ofrecer y por su gran relación calidad-precio.

Y cuando llegó nos quedamos maravillados con su pescado, fresquísimo. El salmonete llegó todavía con rigor mortis y la sepia estaba tan buena que – a mi que siempre me había costado tomarla cruda por su intenso sabor – nos hicimos unos tallarines crudos impresionantes.

Y lo que llegó nos parece una garantía de lo que argumentan en su web, que nos convenció aún más de la importancia de comprarles y que transcribimos de forma resumida:

Pescado sostenible:

Usan “técnicas de extracción tradicionales, que permiten coger los productos uno a uno, respetando por lo tanto el ecosistema, devolviendo las especies que no consiguen el tamaño mínimo, y las especies ovadas o que no “están en comida” al mar para que crezcan y engorden. Estas técnicas tradicionales hacen que el pescado no sufra en la captura (no llegue molido a la lonja) y su carne se encuentre en condiciones excelentes para la venta”.

En casa en menos de 35 horas desde su captura:

Pescan “de lunes a viernes no festivos, saliendo al mar entre las 5 y las 8 de la mañana y regresamos a puerto hacia las 3 de la tarde aproximadamente.” Van directos a la lonja y “luego se subasta y embala el pescado para el envío a los clientes. Los pedidos salen esa misma tarde en un vehículo acondicionado, de modo que al día siguiente, antes de las 14.00 h, estarán en su destino.”

Gran relación calidad – precio 

  • Al evitar intermediarios que incrementan “muchas veces más del 1.000% el precio del producto en la primera venta y ganancia directa para los pescadores: “el pescado y marisco va directamente de nuestras manos al cliente”. “De este modo, podremos garantizar la frescura de nuestros productos y su origen, todo ello a precios equilibrados, algo que ya sabemos está demandando el consumidor final desde hace tiempo.”
  • “Una web donde el marinero y/o mariscador pueda vender sus productos directamente al consumidor final, con la garantía de que los productos vendidos son los auténticos productos de la Ría de Arousa, de gran calidad y frescura y a un precio más digno tanto para el marinero/mariscadora como para el consumidor final.

Garantía de calidad:

  • “Todos los productos llevan su etiqueta identificadora, en ella aparece la zona de captura, el nombre y número de registro sanitario del expedidor, la denominación y peso de las especies y el modo de producción. Esta etiqueta identificadora es el comprobante de la calidad de nuestros productos y es lo que nos hace diferenciarnos de los productos foráneos, que son vendidos cómo gallegos. Además en los envíos incluimos el albarán de modo que realmente nuestros clientes puedan certificar que los productos que adquieren, son gallegos y son vendidos directamente por los marineros y mariscadoras, sin intermediarios.»

Nota: la idea de hablar de Pescados O Grove nace de nosotros, en ningún momento se han puesto en contacto con el blog. Hicimos el pedido sin hablar de Umami Madrid para poder asegurarnos de que el producto que nos llegaba iba a ser el mismo que os pueda llegar a vosotros.

Pulpitos con un punto de cocción distinto

Durante el viaje a Japón tomamos muchísimo pulpo, un pulpo delicioso, bastante más pequeño que el nuestro, más o menos de la mitad de tamaño y con un punto de cocción totalmente distinto al nuestro, casi crujiente al morder y mucho más jugosos.

Y cada vez que probaba el pulpo me acordaba de una clase que me dio Alberto Chicote hace ya muchísimos años – unos 10 ó 12 – en la que explicaba que el calamar tiene dos puntos de cocción distintos. El primero, cuando lo haces a la plancha o lo salteas brevemente, que queda jugoso y crujiente. Y si lo dejas en la sartén más tiempo del que deberías, queda durísimo, textura que sólo se puede solucionar con una cocción prolongada, como cuando hacemos calamares o txipirones en su tinta, que funde el colágeno y el calamar vuelve a quedar tierno.

Siempre pensé que esto se podía aplicar al pulpo, pero nunca me animé a probarlo hasta la vuelta del viaje – que llegué obsesionado. Estaba seguro que conseguían esa textura maravillosa sometiéndolos una cocción corta en agua hirviendo. Pero yo no quería hacerlo sin tener un control preciso de la temperatura a la que llegaba a corazón de producto.

A la vuelta, el primer día que fuimos al mercado nos encontramos con esta pequeña delicia a un precio genial – 5.90€ y no pude resistirme. Me puse manos a la obra y probé a cocinarlos en agua a distintas temperaturas: 50º, 55º y 60ºC – cada pulpito estuvo unos 20 minutos en el agua. Como quería cocinar varios a la vez lo hice en baños de agua y sin envasar al vacío – la técnica es la misma tanto si lo cocinas al vacío como si no.

Antes de nada separé los tentáculos de la cabeza, envisceré y los froté en un suribachi (un mortero tradicional japonés con relieve) con un poco de sal gruesa (hasta que salga baba) para dejarlo más tierno y a la vez limpiar el interior de las ventosas.

Luego sumergí varios pulpitos en agua a 50º, 55º y 60º e hicimos una cata comparativa. Los tres estaban buenísimos, con una textura mucho más jugosa de lo habitual pero el que más nos gustó fue el que se coció a 55ºC. Y el cocido a 50º quedó algo más crujiente y en un más que digno segundo lugar.

Luego lo aliñé con “esto no es yuzu kosho”, unas gotas de lima y otras de salsa de pescado. Un gran aperitivo acompañado de una buena cerveza.

Ahora sólo queda empezar a hacer pruebas con pulpos más grandes.

 

¡Nos vamos de vacaciones del blog!

¡Buenas!

Como os habréis dado cuenta los que nos visitáis a menudo, llevamos casi un mes publicando bastante menos de lo habitual. Hemos estado muy ocupados con otros menesteres. Y ahora nos toca tomarnos unas buenas vacaciones del blog de casi un mes de duración.

A la vuelta llegarán muchos posts muy MUY interesantes, que matarán a más de uno de envidia, y con una temática que seguro, SEGURO os va a encantar.

Y también empezaremos la temporada de las cenas secretas con platos nuevos – no puedo desvelar más.

¡¡¡¡Hasta pronto amigos!!!

Club de cerveza artesanal Mumumio

Mumio me envió una caja de cervezas artesanas para que las probara y también, claro, para que hablara de ellas en el blog. Y lo hago porque me parece una iniciativa interesantísima para los que no podemos estar al tanto de todas las novedades que se están produciendo en el mercado de las cervezas artesanas (que son muchísimas) y porque la idea de Mumumio me parece muy interesante. Te ofrece la posibilidad de recibir tres tipos de cerveza artesanas al mes (cuatro botellas por variedad, un total de 12 botellas) para que las pruebes y vayas conociendo las últimas variedades del mercado.

El pack de 12 cervezas cuesta 29.95€ incluyendo los costes de envío, un precio algo elevado si lo comparamos con las cervezas industriales (sale a 2.49 cada botella), pero te permite disfrutar de una amplia variedad de cervezas mientras que ellos eligen las variedades por ti. Para más información, pincha aquí.

Mumio te enviará cervezas artesanas, sin aditivos ni conservantes, que llevan una segunda fermentación en la botella, responsable de gas y su deliciosa espumita (a las cervezas industriales se les añade CO2 para replicar el proceso) y que no están pausterizadas, lo que le da un mayor cuerpo y personalidad al líquido. Son cervezas con más sabor, algo más amargas.

 

Carne seca y crujiente a la tailandesa

Con este aperitivo vamos a conseguir todo lo contrario a lo que solemos hacer en el blog: carne seca, dura, pero con un sabor intensísimo. Delicioso aperitivo, os lo aseguro y apto para cualquier paladar.

Nada más fácil, y ahora que estamos en verano podemos hacerlo de la manera tradicional, secándola al sol.

Para hacerlo necesitarás:

  • 500 gr. de carne magra cortada en láminas (puedes hacerlo a favor de la veta como aquí para obtener una textura más dura, como la del jerky americano o en contra de la veta para un resultado más tierno)
  • Una cucharadita de sal
  • Una cucharada de azúcar
  • 2 de salsa de ostras tailandesa
  • 2 de salsa de pescado (o 3 de salsa de soja)
  • 1/2 cabeza de ajo bien picada
  • Jengibre (opcional)

Preparación:

Pica muy bien el ajo (o tritura), mezcla con el resto de ingredientes y deja macerar la carne durante una noche en una bolsa de zip (o mejor, al vacío) en la nevera.

Al día siguiente seca la carne al sol hasta que pierda más o menos la mitad de su volumen – puede que unas 5 horas, pero depende mucho de la temperatura.

Puedes congelar en paquetitos de ración y usar más adelante.

Luego hay dos opciones:

  • La tradicional, freír la carne en aceite hasta que quede bien dorada.
  • La segunda, mi opción favorita (más ligera y con un resultado más crujiente): dorar con en el horno, con el grill a tope hasta que quede bien crujiente, da la vuelta y dorar de nuevo.
Un sabor a carne delicioso e intenso, crujiente por fuera y todavía con cierta jugosidad por dentro.