Chalotas fritas y su aceite, rico, rico

Las chalotas fritas se utilizan como condimento en muchos platos tailandeses, como ensaladas y sopas de noodles. Pero también se pueden usar para casi cualquier plato «nuestro»: con pollo resultan geniales, sobre una carne a la plancha le dan un punto dulce increíble, para acompañar patatas asadas, con arroz salteado, o para una crema de puerros y patatas… por no hablar del delicioso aceite en el que se fríen, que da un sabor mágico a cualquier cosa que toca – me encanta como base de una vinagreta para una ensalada.

Ingredientes:

  • Chalotas
  • Aceite neutro
  • Un poco de sal

Preparación:

Pela las chalotas y corta horizontalmente para que formen aritos de uno grosor de unos 2 mm.

Fríelas en aceite durante unos 15 minutos. Ten cuidado de no quemarlas- pasan del dorado al quemado rápidamente.

Sácalas del fuego cuando estén dorada, aunque veas que puedan dorarse un poco más – ya se terminarán de dorar con el calor remanente.

Cuela y reserva tanto las chalotas como el delicioso aceite.

Guarda las chalotas en un recipiente bien cerrado para que no absorban humedad.

Cuela el aceite con un filtro de café y resérvalo para cualquier cosa que se te ocurra. Es una auténtica maravilla.

 

En Asia mucha gente guarda las chalotas junto con el aceite sin que pierdan su crujiente (están inmersas en aceite, pero no queda nada de agua para rehidratarlas) aunque a mi me gusta más mantener las chalotas sin nada de aceite.