Una ensalada fresquísima y más fácil de preparar imposible. Está inspirada en otra ensalada parecida que nos preparó mi amigo Hatao el día que llegamos a Japón.

Y ahora que es la mejor época para el erizo, cuando está más sabroso que nunca es el momento perfecto para ponernos con las manos en la masa y hacer una ensaladita como esta.

Ingredientes para 4 personas:

• 400 gramos de pasta italiana de trigo de grano duro
• Un puñado de vieiras. Si son grandes, unas 3 por persona
• Una bandeja de erizo de mar (el la tienda de Miya tienen unas bandejas de erizo limpias que son una maravilla y te ahorras limpiarlas)
• Sisho morado en polvo (de venta en tiendas japonesas. Es una mezcla de sisho con sal, azúcar y glutamato monosódico), pero si encuentras sisho fresco, mejor que mejor.
• Un buen manojo de cebollino chino picado lo más fino posible (tanto la parte blanca, que aporta una textura más crujiente y un intenso sabor y la verde, mucho más aromática)

 

  

Para la vinagreta:

• Salsa de soja aromatizada con sisho
• Salsa de soja japonesa (shoyu)
• El zumo 1 de lima
• El zumo de 2 de mandarinas
• Ralladura de mandarina y de lima
• Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
• Una pizca mínima de picante (yo lo sustituí por unos pocos espaguetis hechos con guindilla)

 

Preparación:

Cuece la pasta al dente. En cuanto esté, enfriar bajo un chorro de agua fría hasta que pierda todo el calor.

Corta las vieiras en 2 ó 3 láminas de un grosor de unos 5 mm. cada una y limpia los erizos de mar dejando sólo su coral.

Preparar la vinagreta con los ingredientes indicados. El picante casi no se debería notar; tiene que saber salada y ácida y tener un aroma intenso a cítricos. Y aliña con suficiente aceite como para que la pasta quede fluida, pero usando la mínima cantidad posible de aceite.

Añade el marisco, la vinagreta, toda la parte blanca del cebollino y 2/3 de la parte verde a la pasta fría, remueve y sirve en cada plato con un buen puñado de cebollino chino por encima y el sisho morado.