Literalmente ciruela seca – aunque en realidad se trata de un tipo de melocotón que está más encurtido que seco. A mi me gusta tal cual, sin acompañar con nada para disfrutar de su brutal intensidad; sin embargo se suele tomar junto con arroz para amortiguar su potencia.
Un ingrediente, en contra de las preconcepciones asociadas a la cocina japonesa, que tiene un sabor fuerte, muy salado y muy ácido, un sabor al que hay que acostumbrarse, pero que termina siendo muy agradable y refrescante. Y para complementar su aroma, se le añade sisho (perilla o menta japonesa), que en la foto aparece en forma de sombrero.
Se puede tomar triturado, mezclado con agua con gas – un refresco típico de Asia con un sabor muy refrescante que sorprende por su sabor salado. También se puede usar para aderezar cualquier ensalada.
El jugo que suelta durante la fermentación se utiliza como vinagre (de hecho se conoce como vinagre de ume) y también aporta notas deliciosas a una ensalada.
Anto says:
7 agosto, 2013 at 12:55
Como bien dices, brutal al primer contacto pero enseguida sabes que te puedes habituar al sabor. Curiosamente hoy leía sobre los «gustos adquiridos» referido al natto (este es aún más difícil que las ume). Lo cierto es que estas «ciruelas» cuentan con numerosas propiedades y su proceso de elaboración, como todo en ese país, es fascinante. Yo las tomo como relleno de onigiris, como comentas, y tal cual. Y pienso probarlas al modo que dices. Por cierto: intuyo que en próximos posts te veremos aplicarla en otras preparaciones. Me muero de ganas. Un saludo.