El último día que estuve en Kyoto mi amigo Japonés y yo fuimos a comer a medio día a un restaurante curiosísimo. Como la gran mayoría de los restaurantes japoneses, se especializaba en un solo ingrediente, en este caso el pollo. El plato estrella es POLLO CRUDO!!! IMPRESIONA O NO? A mí me dejó perplejo y con unas ganas de volver a probarlo locas…

Para comer yo tomé un plato de arroz con pollo y huevo, aderezado con alga nori increíblemente bueno que se llamaba Madre e Hijo porque eso es lo que es, pollo y huevo. Iba acompañado de una sopa de miso y más ingredientes que no recuerdo.

Y mi amigo tomó ramen de pollo con caldo y miso. Las fotos no salieron demasiado bien, pero os puedo asegurar que estaban buenísimos (los pelillos rojos son hilos de guindilla seca).

Mientras comíamos me contó que por las noches el restaurante preparaba un plato del que no había oído hablar nunca y que en principio no sonaba de lo más atractivo, pero teniendo en cuenta lo bien que estaba comiendo, la curiosidad me pudo y acabé decidiéndome por ir a la noche. Y tomé un pequeño aperitivo y dos platos increíbles:

• De aperitivo un txipirón con una habita y una salsa de yema de huevo, vinagre y azúcar, unos encurtidos de pepino y un cubito de arroz glutinoso con una lámina de pescado.

De beber tomé un sake buenísimo del que no recuerdo su nombre (el camarero era pequeño, pero la enorme botella hacía que en la foto pareciera aún más enanito).

Como estábamos en temporada, tomé un plato de brotes de bambú cocidos al vapor, con alga wakame, una masa de pescado prensado, verdura y aromatizado con unas hojitas de sansho.

Y el plato por el que finalmente volví al restaurante, todas las partes del pollo laminadas, pero crudas (pechuga, pata,corazón, hígado y molleja en el centro). En japonés el plato se llamaría tori sashimi/ o tori (pollo) otsukuri). El pollo estaba increíblemente fresco, y empecé tomando la pieza menos sabrosa, la pechuga y acabando por la más sabrosa, el hígado) todo ello aderezado igual que un sashimi de pescado, con salsa de soja y wasabi fresco. La verdad, un plato interesante, pero tampoco se puede decir que lo mejor que haya tomado en mi vida. Lo que menos me gustó fue la pechuga y la pata; las vísceras estaban increíblemente buenas, sabrosas y sobre todo la molleja, además estaba casi crujiente.