Un plato sencillísimo y delicioso a la vez. Tenía ganas de postear alguna receta con pimientos asados porque llevo 3 domingos preparándolos para toda la semana, y así poder disfrutar de algo tan delicioso en unos segundos. Muy recomendable!
La crema la hice con pimientos del piquillo, que tienen un sabor excepcional, pero la verdad es que dan demasiado trabajo y es casi imposible limpiarlos de pepitas. Si quieres complicarte menos, utiliza unos pimientos normales y si quieres complicarte menos aún, comprarlos de lata.
En cuanto a la ventresca, como la carne es muy grasa no te recomiendo que demasiada cantidad en cada ración porque puede saturar o llenar demasiado. Es una carne deliciosa e increíblemente jugosa, pero yo me quedo mejor con un poco que con demasiado.
Creo que la calabaza salteada queda genial en este plato. Así salteada tiene un sabor aún más dulce que combina muy bien en el plato, especialmente con los pimientos. Y lo más curioso es que recuerda muchísimo a batata frita.
Ingredientes:
- 5 pimientos bien rojos (y así guardas reservas para darle vida a cualquier plato)
- 3 dientes de ajo
- Aceite de oliva
- 1 cucharadita de azúcar
- Sal
- Salsa de soja
- Vinagre de Jerez
Preparación:
Limpia los pimientos, sécalos bien, dales una fina capa de aceite con una brocha (o con la mano) y ponlos en el horno a 200º C. Da vuelta de vez en cuando hasta que se queme la piel y hayan cogido un sabor más intenso.
Pélalos, quítales las pepitas y haz tiritas finas. Recupera el agua que han soltado en esta operación y desglasa la fuente para recuperar los sabores intensos del jugo (a no ser que se hayan carbonizado; entonces tendrías que recuperar el líquido sin desglasar). Reserva.
Pica unos dientes de ajo, dóralos, añade las tiras de pimientos, la sal, la soja y el azúcar y confita a fuego lento una media hora. Cuando estén, añade el jugo que hemos reservado y deja evaporar hasta que la salsa quede bien liguada.
Tritura la parte que vas a usar en el plato y emulsiona con un poco de aceite y un chorrito de vinagre de Jerez.
Para la calabaza:
Corta unos cubitos de aproximadamente ½ cm de cada lado y saltea en un poco de aceite hasta que estén bien dorados. Reserva en un plato con papel absorbente.
Para la ventresca:
Pasa las piezas de ventresca por una sartén muy caliente. Ten cuidado de que no se haga demasiado; es mejor que quede un poco cruda en el centro a que se haga de más y quede seca.
Presentación:
Pon un poco de crema de pimientos en un lado del plato y extiéndelo con un peine de púas anchas para que forme un «caminito» (yo utilizo peines de los que dan gratis en los hoteles, así puedo darles distintos grosores a las líneas quitando alguna púa para que hagan dibujos más abiertos).
Añade encima del «caminito de pimientos» unos taquitos de ventresca y acompaña, a un lado con un poco más de crema y al otro, con los daditos de calabaza calientes.
eu says:
17 octubre, 2008 at 12:28
jaja ¡¡ el otro día estaba en un hotel con el peine en la mano dudando si llevarmelo o no … sin duda tenía que haberlo cogido ¡¡
San Francisco Hachis. says:
14 noviembre, 2008 at 12:49
Te actualizas menos que la Biblia…
inigoaguirre says:
14 noviembre, 2008 at 12:58
qué le vamos ha hacer san canuto, estoy metido en otros menesteres que me dejan poco tiempo para el blog