Este plato lo hice el otro día porque estaba mal de la tripa y quería algo sano y fácil de digerir. Además es un plato relativamente sencillo.
Lo más interesante del plato es el aceite de zanahoria: tiene un sabor expectacular y muy, muy sabroso. Y tiene una la explicación científica muy interesante sobre esta técnica.. Leyendo On Food and Cooking de Harold McGee descubrí que ciertos alimentos contienen unas moléculas llamadas diglicéridos. Los digliceridos tienen una estructura molecural parecida a las grasas, por lo que pueden disolverse tanto en aceite como en líquidos con base acusoa. Esto tiene varias aplicaciones en cocina:
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Por un lado, los diglicéridos son uno de los mejores emulsionantes que hay, es decir pueden ligar agua con aceite, como lo hace la lecitina (un tipo de diglicérido) que contiene la yema del huevo, la soja y otros alimentos.
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Cuando se bate una mezcla con lecitina u otro diglicérido con una turmix se forma una emulsión que incorporar aire al líquido: esto es a lo que Ferrán Adriá llamó sus aires; de hecho lo descubrió con zanahoria: al batir un licuado de esta hortaliza, se dió cuenta de que formaba una espuma… e investigó por qué se daba este proceso. La razón es que la zanahoria tiene diglicéridos, el agente emulsionante que consigue todo esto. Luego empezó a añadir lecitina de soja a otros ingredientes para hacer otros aires… pero esto ya es otra historia para otro post.
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Partiendo de esta base, si consigues extraer los diglicéridos de la zanahoria puedes disolverla en aceite y conseguir esta salsa tan espectacular. (También podrías hacer una especie de mayonesa sólo con la espuma, una parte pequeña del jugo de la zanahoria y aceite… ya tengo otra idea para otro post!). Si alguien lo prueba antes, por favor, contadnos los resultados.
Preparación:
Aceite intenso de zanahoria:
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Para hacer esta esencia, licua un kg. de zanahorias. Pon el jugo a calentar y cuando empiece a hervir recoge las burbujas que se forman con una cuchara. Lo que pasa aquí es que con el calor se pierde la emulsión del diglicérido con el resto de la zanahoria, igual que pasaría si calientas una mayonesa y los diglicéridos suben arriba (porque, igual que el aceite, pesa menos que el agua). El jugo que sobra no lo puedes tirar: o lo utilizas como base para un caldo o te lo puedes tomar bien frío. Está buenísimo.
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Calienta acete de girasol (no utilices aceite de oliva porque va a interferir en el sabor y el color que le aporta la zanahoria) y añade la «espuma». Remueve hasta que se disuelva la mayor parte de la espuma.
Si quieres puedes filtrar el aceite para obtener un líquido de un sólo color. A mí me gustó el aspecto que tiene con las motitas de color más intenso. Elige lo que más te guste.
Para el bacalao fresco:
En cuanto al bacalao, que no por ir al final es menos importante, lo hice al vapor y en papillot dentro de una bolsa de congelado con zip (creo que es una de las formas más fáciles y efectivas para hacer un papillot y asegurarte que no pierdes nada de sus jugos).
Añade los aromáticos que más te apetezcan o que tengas más a mano (que probablemente sean los que más te gusten, ¿no?). Yo eché un tallo de lemon grass en trocitos, una zanahoria, un par de chalotas cortadas en 4, un chorrito de aceite y muy poca sal. Lo hice al vapor durante unos 15 minutos a 85 grados. Si lo vas a hacer al vapor y no puedes controlar la temperatura, probablemente esté en unos 10 minutos, ve mirando.
Presentación:
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Cuela el caldo que ha soltado el bacalao con los aromáticos.
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Pon el bacalao en el plato, salsealo con los jugos del papillot y añade un chorrito de aceite intenso de zanahoria.
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Acompañalo con la verdura que quieras. Yo completé el plato con unas yemas de espárragos verdes.
Ya sólo queda tomarlo, cuando estés malo de la tripa o en cualquier otro momento.
Garbancita® says:
31 marzo, 2008 at 14:01
Hola!
Hace tiempo que tenía ganas de probar esta técnica de cocción. La verdad es que me ha resultado muy interesante en matices gustativos y práctica ahora estoy a dieta 😛
Sólo una cuestión, como consigues que la bolsa no flote? Yo he optado por ponerle el mortero de piedra encima y bueno funciona, pero quizás tu tengas un supertruco 😉
Saludos 😀
inigoaguirre says:
1 abril, 2008 at 22:19
hola garbancita,
muchas gracias! el pescado está cocido al vapor, no necestas hundir la bolsa…
un saludo y hasta pronto 😉 ,
íñigo
Garbancita® says:
3 abril, 2008 at 09:36
Donde vas, manzanas traigo…. Ya me vale!
He leido lo que me ha dado la gana y acabo de reinventar tu técnica, dando un resultado asombrosamente bueno.
Verás, en vez de ponerlo al vapor, puse la bolsa en agua (al baño maría, sería el nombre apropiado). Es curioso, porque hace un efecto vacio y con la presión que ejerce el agua, la bolsa subia a la superficie. Bueno finalmente la hundí como te comentaba y conseguí que se cocinase el pescado (merluza en este caso) de forma homogenea.
Ya te digo, el resultado ha sido increible. Lo documentaré en mi blog (citándote, off course) para que puedas ver el resultado.
Saludos y muchas gracias 😀
inigoaguirre says:
3 abril, 2008 at 18:45
bueno, me alegro haberte inspirado… visitaré tu blog a ver si encuentro tu plato. una pregunta, el pescado no se aplastó por el peso del mortero?
saludos y gracias a ti!
Orges says:
5 abril, 2008 at 11:30
Enhorabuena por al receta, suena riquísima.
Solo un par de cosas:
1.- Los dicglicéridos son tan grasa como los triglicéridos. es una molécula de glicerina esterificada con dos ácidos grasos (en el caso de los triglicéridos, con tres ácidos grasos; estos últimos son los mayoritarios en la mayoría de las grasas de consumo).
2.- Efectivamente son buenos emulsionantes y espumantes, pero no son lecitina. La lecitina es fosfatidil-colina, otra grasa, parecida a un diglicérido (glicerina con dos ácidos grasos), pero con un grupo fosfato y una molécula de colina (lo que la hace fisiológica y funcionalmente totalmente diferente). Ambos son buenos emulsionantes. Por cierto, en el caso de los diglicéridos, todavía mejores son los monoglicéridos.
3.- Extraer los diglicéridos no es tarea sencilla ni siquiera en un laboratorio. Más bien se itentan aprovechar fuentes de grasa que sean ricas en diglicéridos, pero no se llegan a extraer selectivamente. También se pueden añadir enzimas (esterasas) que convierten los triglicéridos en diglicéridos y monoglicéridos, aumentando así sus propiedades espumantes y emulsionantes.
Saludos
Orges says:
5 abril, 2008 at 11:32
Otra cosa: para cocinar no es muy adecuado utilizar bolsas de congelación, porque los plásticos de esats bolsas no han sido diseñados para aguantar alta temperatura, y pueden liberar compuestos con una cierta toxicidad por encima de 50ºC. Por un día, no pasa nada, pero es mejor no tomarlo como costumbre. Lo suyo es utilizar bolsas hechas de polímeros plásticos que aguanten la temperatura sin liberar compuestos.
Saludos
inigoaguirre says:
7 abril, 2008 at 16:22
gracias orges,
cuál es tu explicación de que la espuma que se formaba al hervir el licuado de zanahoria este se llegue a disolver totalmente en el aceite?
1 saludo
comelona says:
19 octubre, 2011 at 23:08
mi pregunta es sobre el plastico en el que se cuece el pescado , estas bolsas aguantan el calor y no impregnan de plastico el pescado?
la comelona