El otro día me puse a hacer la crema de membrillo de Rosa de Velocidad Cuchara, que a propósito, está de muerte. La probé en casa de Carlos de Averquécocinamos hoy y no pude resistirme. Lo único que cambién fueron los tiempos de cocción, el membrillo tardó en estar a punto al menos 45 minutos.
Pero, claro, llevado por la avaricia, me llevé demasiados membrillos del mercado, y mientras unos se hacían en la Thermomix, por probar y por impaciencia, eché el resto en la olla express junto con estos ingredientes para ver qué pasaba:
- 700 gr de membrillo sin su corazón, sin pelar y cortado en trocitos,
- 550 gr. de azúcar,
- 10 gr. de sal
- y 20 min. en la olla a partir de que llegue a presión total.
Y al abrir me encontré con esta maravilla inesperada: por un lado, la fruta totalmente caramelizada , y por otro, un jugo de membrillo delicioso y transparente. Conseguí frenar el impulso natural de triturarlo todo para hacer una crema y decidí probarlo tal cual, la fruta caramelizada por un lado y su jugo gelatinizado por otro.
El resultado es increíble,
- La fruta, me encanta tomarla bien caliente. Queda genial con helado de vainilla, con yogur natural, o mejor con griego o con cuajada, con zumo de naranja, en macedonia junto con otras frutas, con una compota de manzana…
- Y el jugo es espectacular, bien frío que es como mejor está, gelatinizado y hasta las cejas de pectina. Tiene un sabor más concentrado y una textura suave que se deshace en la boca al coger temperatura. Una delicia, sin duda el mejor descubrimiento. Y qué decir de cómo tomarlo, buenísimo con queso, pero también para endulzar cualquier cosa…
Lo mejor y lo peor:
- Empecemos por lo malo: no durarán nada en la nevera, están de muerte.
- Y lo mejor es que aunque engordes un poquito, habrá merecido la pena, no te arrepentirás, la felicidad puede con la grasa, chaval.