Un encurtido normal y corriente, siguiendo la receta básica, pero sustituyendo el agua por jugo de remolacha (el jugo en el que viene cuando compras remolacha cocida y envasada al vacío).
Me hubiera gustado que el centro mantuviera su color original, pero como se trata de huevos pequeños se han teñido enteros; vamos que no siempre llueve a gusto de todos los ingredientes…
Buenísimos solos, pero también para acompañar unos arenques encurtidos con un poco de cebolla y con una vinagreta a tu gusto a base de los dos jugos y aderezada como más te guste.
Si queréis ver cómo quedan unos huevos de gallina al encurtirlos, echad un vistazo al post de Gastronomía y Cía (¡¡se me han adelantado unos días los muy canallas!!). El contraste entre el interior y el exterior es mucho más interesante.