Un plato que me ha encantado. La carne de corazón tiene un sabor y una textura muy interesante, es una carne muy ejercitada (el corazón sólo deja de moverse una vez en la vida) y por lo tanto muy sabrosa y diferente al resto; me imagino que también se debe a que es un tipo de músculo (de movimiento involuntario) totalmente distinto al que estamos acostumbrados a tomar.
Los taquitos de queso de Burgos aportan un contraste muy interesante por las diferencias en intensidad de sabor y por su textura. Y la salsa también da muchos matices: además de la riqueza aromática, tiene sabores dulces, salados, umami, ácido y la sensación picante. [Seguir leyendo…]