Muslos de pato canetón casi al curry rojo tailandés

Foto by The Oxtail

La comida sólo sabe bien si se comparte – de cualquier otra manera no tiene sentido. Cuando tomamos esto y muchas otras cosas que prepararon nuestros anfitriones y otros invitados el día supo a gloria, estuvimos en casa de Rodrigo (The Oxtail) con Juan Echanove. Para una gran crónica de la comida y del terraceo posterior, echadle un vistazo al blog de Juan – lo cuenta muchísimo mejor de lo que yo podría contarlo.

La receta es muy sencillita: 

  • Muslos de canetón «al vacío» 30 horas a 63ºC y luego gratinado en el horno hasta dorar bien la piel.
  • Salsa: fondo de pato reducido a 1/5 parte (200 ml a partir de un litro de caldo), media cucharadita de pasta de curry rojo previamente salteada, nata de coco (la parte más densa de un la leche de coco) y unas gotas de zumo de lima para darle un toque sutilmente tailandés. Tiene que saber ligeramente picante, notarse un poquito el sabor del curry y el protagonismo indiscutible tiene que ser del fondo, que es espectacular.
  • Y para seguir con la influencia tailandesa, lo servimos con uvas y albahaca – como se suelen tomar los curries de pato.

Lo bueno de México, raro y feo, el Huitlacoche

¡Nos han regalado un bote de Huitlacoche!!!

Al día siguiente piqué un buen queso, que funde de maravilla, el San Simon Da Costa (se podría usar otro por supuesto). Lo mezcle con un poco de huitlacoche y me puse a rellenar una por una, las hojas de masa para empanada. Pinté un poco de huevo batido sobre éstas y nada más. 12 minutitos en el horno a 180ºC y a comer!… Deliciosas … pero queman!…mejor si puedes esperar un minuto 😉

¿Pero el Huitlacoche, que es eso?

Por si a caso, pongo una pequeña descripción.

EL Ustilago maydis es un hongo que causa la enfermedad del maíz. El hongo forma agallas en todas las partes aéreas de las especies de maíz, y es conocido en México como huitlacoche o cuitlacoche. El consumo de huitlacoche origina en la antigua cocina azteca. Si te gustas el olor de las trufas, el sabor de quesos fuertes, con moho azul y el sabor terroso de los champiñones, puede que te guste el huitlacoche.
En general se usa como un relleno, en quesadillas y con otros alimentos a base de tortilla, y sopas o también salteado con cebolla, tomate, y ajo. En México el huitlacoche es fácilmente disponible en los mercados locales, restaurantes, con la gente del campo vendiendo por las calles sus mercancías en un cubo. Si te apetece probarlo ¡pide por ejemplo en un restaurante mexicano una quesadilla de huitlacoche!

 

(foto de mexicoguru.com)

Tónica casera con la ayuda de un experto en acuarios y un taller de neumáticos

Porque  el final  no es la única meta. Como en el juego infantil, el objetivo es la acción en sí misma, la búsqueda es lo que más ansiamos. O para decirlo en palabras de alguien que cuenta las cosas mucho mejor que yo:

«Para luchar contra el pragmatismo y la horrible tendencia a la consecución de fines útiles, mi primo el mayor propugna el procedimiento de sacarse un buen pelo de la cabeza, hacerle un nudo en el medio y dejarlo caer suavemente por el agujero del lavabo. Si este pelo se engancha en la rejilla que suele cundir en dichos agujeros, bastará abrir un poco la canilla para que se pierda de vista. Sin malgastar un instante, hay que iniciar la tarea de recuperación del pelo. La primera operación se reduce a desmontar el sifón del lavabo para ver si el pelo…«

De Historias de cronopios y de famas, Pérdida y recuperación del pelo.  Julio Cortázar. (Y de paso ahí va mi modestísimo homenaje a los 50 años de la publicación de Rayuela)

Brindando con una copa de Gintonic Champagne

Hace ya casi un año vi este post sobre cómo hacer tónica en Craft Cocktails at Home y me quedé extasiado, ¿se puede hacer tónica en casa? Ni siquiera me molesté en preguntarme algo tan obvio como «¿Por qué intentar hacer tónica casera si puedes comprarla en el super de la esquina?» porque la respuesta obvia: ¿Y por qué no?.

En cuanto terminé de leerlo me pasé una mañana entera intentando buscar el ingrediente principal, la quinina, hasta que por fin dí con ella.

Quinina

Cuando lo preparé siguiendo la receta del post, quedé bastante decepcionado. El sabor era amargísimo y la intensidad de su aroma me hizo desistir de más intentos durante meses. También que quedé totalmente decepcionado con la cantidad de CO2 que conseguí disolver.

Sin embargo, de vez en cuando seguía dándole vueltas, pensando en cómo podía mejorar el sabor, si era una cuestión de cantidad de quinina, de tiempo de infusión o de otra cosa. Y empecé a hacer pruebas para disminuir el amargor, suavizar el sabor y conseguir algo distinto a la tónica industrial, que utiliza un extracto. La corteza resulta mucho más aromática, más amarga y la bebida final tal y como la preparé es mucho más rica en matices. Y, como podéis ver en la foto, la versión final de la tónica tiene un color ligeramente ocre.

Hasta que dí con la solución no os podéis imaginar la de pruebas que hice.

Otro gran problema al que me enfrenté fue el de la carbonatación (vaya palabrejo, qué mal suena). Intenté mil veces con el dichoso sifón ISI de CO2, pero nunca conseguí un resultado suficientemente bueno: cargaba con dos, e incluso tres botellitas de CO2, agitaba, y cuando servía, en el mejor de los casos, se formaba una espuma que desaparecía al rato y dejaba una bebida con tan poco gas que daba pena. Y eso que intenté un millón de pruebas, enfriando el agua por debajo incluso de los 0ºC (el CO2 se  disuelve mejor a temperaturas muy bajas), usando una, dos o tres cargas, agitando y dejando reposar en la nevera durante periodos de tiempo de media hora a 12 horas, pero nada funcionó suficientemente bien. Y claro, me gasté un pastizal en producto y en cargas. Tanto, que me puse en contacto con ellos para comentarles lo que me pasaba y, pensando que no funcionaba bien, me enviaron un tubo de repuesto. Pero no sirvió de nada.

El dichoso sifón ISI

Hace algo más de un mes me pasé por una tienda de acuarios y peces donde conseguí dar con la clave (los acuarios necesitan añadir CO2 al agua para crear un ecosistema apto para que los peces vivan). Le conté al dueño lo que quería hacer y me dejó unas botellas de CO2 para que hiciera pruebas , un manómetro de los de cerveza para regular la presión que sale de la botella que pidió a un amigo y se le ocurrió que podríamos conectar el manómetro a una botella con una válvula de neumático de bicicleta. Pero ahí me encontré con otro problema; no conseguía encontrar válvulas sin cámara…   Finalmente, después de mucho buscar, entré en un taller de recambio de ruedas y me regalaron unas válvulas de coche «por si me servían» (y de pasó supe que desde hace más de 30 años los neumáticos de coche no tienen cámara ;)).

Ejemplos de válvulas de neumáticos

Como podéis ver, la válvula no tiene un sistema de rosca, lo que complica el ajuste al tapón. Si alguien encuentra algún tipo válvula con un sistema de tuerca, agradecería enormemente si me dice dónde puedo conseguirla.

Después  muchas vueltas, conseguí acoplar una válvula a un tapón de una botella de refresco de dos litros, así que ya tenía mi sistema preparado.

El tapón con su válvula de neumático

Para hacer el hueco en el tapón, hay que perforar un agujero central y luego taladrar para que la válvula quepa muy, muy ajustada.

The dark side of the tapón

Pero antes de usar el invento y para que no me explotara en la cara, tuve que averiguar cuánta presión pueden aguantar las botellas de refrescos. Empecé a investigar en youtube y me dí cuenta que no era el único freak que intentaba una cosa así con resultados bastante buenos, lo cual me animó muchísimo. Después de mucho investigar averigüe que una botella puede aguantar hasta 12 atmósferas de presión – el equivalente a la  que ejerce una columna de 120 metros de agua de mar (¡¡¡unos 12o kg!!!), muchísimo más de lo que yo iba a necesitar – piensa que para carbonatar la cerveza normalmente se utiliza alrededor de 1’9 ATM’s. Al parecer, están preparadas para aguantar tanta presión para evitar problemas si se calientan, haciendo que el CO2 vuelva a estado gaseoso y aumentando la presión en la botella. Ahora, cada vez que miro una botella de refrescos, veo una cámara de presión «low cost».

El invento final: botella conectada a un regulador de cerveza y a su vez, al una botella de refescos

Después de hacer pruebas y conseguir una cantidad de gas suficiente para un refresco, inspirado por un cocktail que tomé en NY en Brooker and Dax, el bar de cockteles de Momofuku ideado por el gran Dave Arnold de Cooking Issues, me empeñé en no conformarme con hacer sólo un refresco. Quería en hacer un cocktail con tónica y ginebra, carbonatando la mezcla y añadiendo más gas del habitual. Piensa que a un gintonic tradicional se le añade ginebra, que no tiene gas, hielo, que, en contacto con el refresco, libera muchísimo gas, lima o limón, que produce el mismo efecto, y acabas con un combinado que da pena (no digamos si usamos Fever Tree, que no tiene casi carbónico). Ahí me topé con otro problema: al carbonatar una bebida con alcohol, se reduce la capacidad de disolución del gas en el líquido – y vuelta a empezar.

Haciendo de las mías, esta vez con un extintor reciclado

Luego decidí servirlo bien frío en copa de champán – sin necesidad de hielo ni ningún otro extra. Pero la burbuja que obtenía era gruesa y no quedaba tan estética como la que yo buscaba – quería replicar el mismo comportamiento de una copa de champán, con esa burbuja tan fina, elegante y constante, característica de éste y no del cava. Y De nuevo tuve que volver a rebanarme los sesos para conseguirlo.

La finísima burbuja de un champán rosado. 

Como punto final decidí no añadir lima (las partículas sólidas también liberan gas del combinado) – cosa que solucioné replicando el sabor de la lima combinando ácido cítrico con á. málico en la mezcla de la tónica. Sólo pinté los bordes de las copas con ralladura de lima para complementar con su punto aromático y añadí un pequeñísimo nudo hecho con su piel.   Y aquí está el resultado: máximo carbónico, burbuja finísima y un gran sabor que mejora con creces el de un gintonic tradicional. Una auténtica delicia. 

Gintonic Champagne (detalles de la míniburbuja)

Nota: el detalle de la elaboración no está del todo explicado, pero en el texto hay muchas pistas; ya sabéis que siempre cuento todo con pelos y señales, pero esta vez me voy a reservar el secreto – ha sido un año de investigación y por ahora lo voy a disfrutar con los míos.

Nota 2: todas las fotos buenas de este post son de Carlos Noceda de averquecocinamoshoy.com, el resto, mías 😉

Los fideos de la operación bikini… ¡con 0 calorías!!!

Voy a compartir mi secreto del verano: los fideos shirataki para seguir comiendo algo bueno cuando debería evitar comer carbohidratos cada día  tipo pan, pasta, etc. La verdad es que los he descubierto hace poco, tienen muy poco sabor y entonces son muy versátiles y sin gluten.

¿Por qué estos fideos son milagrosos?

El ingrediente para hacerlos viene de la planta que se llama Konjak (o también konjaku, la lengua del diablo, voodoo lily, o elephant yam). Tienen un contenido muy alto en almidón y en glucomannan. El glucomannan tiene un efecto secuestrante (forma un gel viscoso que retrasa la absorción de lípidos y glúcidos), un efecto voluminizante (aumenta la repleción del estómago y prolonga la sensación de saciedad). Los fideos shirataki tienen 0 calorías. ¡Si, has leído bien! Lo digo en serio.

Los fideos que compro vienen envasados ​​en agua y técnicamente están «listos para comer”. Algunas marcas pueden requerir un aclarado porque el agua que se usa para guardar los fideos tiene un olor que puede ser desagradable para los que no están acostumbrados. Tranquilo: un enjuague rápido con agua caliente y el olor habrá desaparecido totalmente.

¿Pero Émilie, donde está la receta? ¡¡No necesitas receta en este post, prepara los fideos como quieras!! Puedes preparar los fideos de un montón de maneras. Mi preferida es salteándolos. En la foto, simplemente puse a dorar un poco de ajo picado y cebolla morada con aceite de oliva. A fuego fuerte, un par de minutitos después añadí trocitos de calabacín y un minuto después añadí los fideos, un chorrito de salsa de soja, y termine con una pizca de shichimi togarashi.


Comentarios:

  • Has encontrado shirataki y en el paquete dice que tiene 40 calorías para una bolsa de medio kilo…

Es muy posible que hayas comprado TOFU fideos shirataki. El Tofu tiene calorías – La harina shirataki no. Al comprar fideos shirataki que se han mezclado con tofu, el aspecto y la textura están más cerca de pasta de trigo pero tiene algunas calorías más.

  • ¿Dónde comprar esta cosa increíble?

En las tiendas japonesas de Madrid y también las tiendas chinas de la calle General Margallo. También se puede conseguir por internet.

  • ¿Comer fuera engorda?

¡Llévate las sobras al trabajo o a un pic-nic! Estos fideos una vez que están preparados se pueden comer fríos o calientes.

  •  ¿Qué cantidad hay que comer para no quedar con hambre?

A mí me parece que con 200 gr tienes bastante para 2 personas, pero eso si lo comes con algo de proteínas (como una pechuga de pollo a la plancha). Si no, podría ser un poco justito.

¡Buen provecho!

Cookies americanos del jefe inglés hechos por la Paris-China

“Raro pero tiene que ser bueno” es lo que pensé al leer la receta de “Heston Blumenthal at home”.

El bacon está bueno con casi todo, ¡¡a que sí!!! Bacon y huevos Benedict para un maravilloso brunch un domingo, bacón en una hamburguesa casera riquísima, chupa-chups de bacón y algo dulce, tipo unas ciruelas, perfecto para un aperitivo… ¡e incluso un trocito de bacon frió cogido unos segundos después de abrir el paquete!

Hice la receta y regalé la mayor parte a unos amigos y sus hijos… desaparecieron en poco tiempo pero sin ningún misterio 😉

Ingredientes:

  • 5 lonchas de bacon
  • 220 g de harina
  • ¼ de cucharita de bicarbonato
  • ½ de cucharita de levadura Royal
  • ½ de cucharita de sal
  • 120 g de mantequilla, cortada en cubitos
  • 260 g de azúcar moreno
  • 2 huevos (tamaño L)
  • 60 g de plátano seco, picado no muy finito

 Preparación:

Precalienta el horno a 190 º C.
Coloca el bacon en una bandeja para hornear cubierta con papel sulfurizado y mete  en el horno 10 min. Retira la bandeja y seca el bacon con papel de cocina. Cuando se pueda manejar, corta las lonchas en trozos pequeños.
Tamiza la harina, el bicarbonato, la levadura y la sal en un bol.
Con una batidora o una varilla, mezcla la mantequilla y el azúcar hasta que la mezcla quede ligera y esponjosa (aprox 5 min).
Reduce la velocidad, añade los huevos uno a uno, y mezcla hasta que esté bien incorporado.
Añade la harina tamizada a la mezcla de mantequilla, azúcar y huevo. Mezcla bien hasta que se forme una masa. Añade el plátano y el bacon y mezcla bien.

 

Con una cuchara de helado, divide la masa en bolas (aproximadamente 40 g por bola) y colócalas en una bandeja cubierta de papel de horno, separadas unos 10 cm.
Coloca la bandeja en el horno durante 10 minutos (podría ser un poco más, depende del horno) hasta que las galletas estén doradas y crujientes por los bordes. Retira la bandeja del horno y deja las cookies en la bandeja durante unos minutos antes de colocarlos sobre una rejilla para que enfríen.
Las galletas se mantendrán en buen estado durante 5 días en una caja metálica hermética.

Comentarios:

De sabor están buenos, aunque apenas se nota el bacon y el plátano… a lo mejor eso podría convencer los que quieren intentar la receta pero que les frena por lo rarito de sus ingredientes.

De textura,  para mí, está muy bien, un pelín crujientes en los bordes (según el tiempo de cocción) y blanditas por dentro…el “chewy” típico del cookie americano… ¡yum yum!

Dumpling de pato casero y su consomé

En mi última cena sin duda me gustaría comer un surtido de dim sum… ¡y muchas cositas más! Uno hervido con aceite picante de sésamo, uno al vapor con una gambas deliciosas, uno al horno con un hojaldre crujiente increíble…etc. Desde pequeña recuerdo que ayudaba a mi madre a rellenar los wontons o cortar hojas cuadradas de papel para poner debajo de los pao (brioche salado rellenado de carne o de algo dulce y cocido al vapor).

Ahora sigo investigando como hacer mis dim sum preferidos y hoy quería regalaros la receta de la masa base que tiene muchos usos y que no cuesta mucho trabajo… hay solamente que practicar. Es una masa perfecta para empezar, por los ingredientes sencillos que necesita. Además, se puede usar para hervir, cocer al vapor, hacer a la plancha, freír y rellenar con casi lo que queráis.

La foto lleva un dim sum cocido como un gyoza. Esta rellenado de la terrina de pato de Iñigo y va acompañado de un consomé de pato (pincha aquí para la técnica) y cubitos de zanahoria y daikon encurtidos.

Ingredientes para 20-25 hojas:

  • 100 g de harina de repostería
  • 100 g de harina de panadería
  • 1/3 cucharita de sal
  • 110 ml de agua caliente

Preparación:

Mezcla la sal con el agua.

Tamiza las harinas juntas en un bol. Repite 2 o 3 veces.

Añade el agua y mezcla con una espátula o usa el Kitchen Aid si lo tiene. Si hace falta, se puede añadir un pelín de agua más. Sigue mezclando durante 7 minutos.

Divide la masa en 4 y dale forma de tronco. Enrolla cada tronco con papel film y deja reposar durante 30 minutos.

Divide de nuevo cada tronco en 5 y estira sobre una superficie con un poco de harina. Se puede usar un corta pasta para dar una forma perfecta. Espolvorea un poco de harina entre cada hoja y guarda en papel film en la nevera hasta un máximo de 3 días.