La pasta es la que se utiliza para preparar el dukbokki, un platillo picante típico coreano para tomar entre horas (en inglés se llama rice cakes).
Si los encontráis en tiendas coreanas no dudéis en probar. Se venden frescos en rollitos de unos 15 cm de largo, los cortas en trocitos y congelan perfectamente, así que puedes prepararlos cuando quieras.
Fácil, fácil: sólo van salteados a la plancha con un poco de mantequilla hasta que queden crujientes por fuera. Cuando están hechos, añade un poquito de pimienta, saltea unos segundos y luego echa un chorro de salsa de soja. Deja que la pasta absorba la salsa y sirve inmediatamente como aperitivo, acompañado de una cervecita.
Delicioso y listo en menos de 5 minutos. Un plato así vuelve loco a cualquiera, quedan tiernos y jugosos por dentro y crujientes y sabrosos por fuera.