Un aperitivo perfecto: huevos de codorniz cocidos, pelados y luego fritos para que se forme una pequeña película ligeramente crujiente por fuera, como se hace en Singapur e Indonesia.
El sambal está hecho de forma tradicional, como mandan los cánones indonesios, una salsa con base de guindillas, ajo, jengibre, jugo de lima y pasta de gambas fermentada. Pero además lleva pimientos de piquillo para darle ese sabor deliciosamente familiar al que estamos tan acostumbrados y que nos hace salivar con sólo olerlo. Ácida, dulce, salada, umami, pincante y aromática a más no poder.
Para preparar el sambal: tritura 2 ajos, la parte blanca de un tallo de lemongrass, una chalota, una cucharada de azúcar, sal pasta de gambas fermentada y un chile picante (preferiblemente bird’s eye tailandés). Saltea la mezcla en una sartén unos 10 – 15 minutos, añade unos pimientos de piquillo de lata y confita hasta reducirlos a la mitad. Luego tritura y cuela hasta obtener una salsa densa y fina.
Una gran manera de empezar cualquier comida. Y si quieres hacer de esto un plato principal solo tienes que sustituirlos por huevos de gallina.