Hoy me ha traído una amiga filipina esta maravilla, increíblemente sorprendente y deliciosa.
Se trata de un tartar de oveja – cada 2 semanas un grupo de amigos filipinos compran una oveja lechal recién matada, retiran el pelo de la piel quemándola con un soplete o sobre un fuego, reparten la carne y reparan muchísimos platos, entre otros, esta delicia bizarra usando la carne y la piel medio quemada. Me comenta que está aún mejor cuando la piel está más churruscada – habrá que esperar a la próxima vez.
El resultado es simplemente delicioso: en boca la piel ejerce un poco de resistencia, aporta una textura increíble, la carne da un sabor suave pero inconfundible a cordero y el resto de ingredientes le dan un aroma delicioso y una frescura propia de este tiempo. Perfecto para tomar en verano.
Ingredientes:
- Carne y piel de oveja lechal recién matada a la que se le ha retirado el pelo quemándola sobre unas brasas o con un soplete.
- Cebolla.
- Jengibre.
- Chiles.
- Jugo de lima.
- Vinagre.
- Pimienta.
- Sal.
Preparación:
Adereza la carne con los ingredientes. Se puede tomar inmediatamente o dejarlo curar durante un día o dos en la nevera.
¡¡Y a disfrutar!! (Si es que te atreves y consigues hacerte con carne de oveja con su piel).
Orges says:
2 septiembre, 2014 at 08:50
Tengo un problema de concepto: se suele usar oveja para definir el animal hembra de la especie ovina que ha parido al menos una vez. Se asocia así oveja a carnes oscuras, con fuerte olor a lana o a oveja (valga la redundancia) y muy fibrosas. Lechal va unido normalmente a cordero, y denomina al animal de la especie ovina que se sacrifica cuando no ha recibido otra alimentación que no sea la leche de su madre.
En esas definiciones, el concepto de oveja lechal me suena muy raro, pero desconozco si en algún sitio se usa de esa manera.
Por lo demás, una pinta estupenda (aunque lo de los tartares, ya sabes)
Saludos
Íñigo says:
2 septiembre, 2014 at 21:24
Jorge, muchas gracias por la aclaración. Tartar de cordero entonces. Un saludo!
Ernesto says:
2 septiembre, 2014 at 10:23
Sorprendente Iñigo.
Nos mueves la imaginación mediante sacudidas eléctricas jaja
Carlos Dube says:
2 septiembre, 2014 at 14:26
No tengo palabras… ^_^
Anto says:
2 septiembre, 2014 at 21:39
Otra de sabor crudo y puro. Gracias por abrir tantas puertas y feliz regreso.
Santiago_ says:
13 septiembre, 2014 at 22:45
En Extremadura se hacen los rabos de cordero, que son los que les cortan a las ovejas hembras para, dicen, facilitar el cubrimiento de los machos. A esos rabos se les quita la lana echándolos al fuego y luego raspándolos. Supongo que de forma similar a lo que comentas. Una forma habitual de servirlo es aliñados con aceite, vinagre y un poco de pimentón (nada que ver con la forma que indicas en tu receta). Escribí hace ya tiempo un post sobre el tema por si interesa http://gastroconversaciones.wordpress.com/2011/05/01/rabos-de-cordero-alinados-de-la-campina-sur-extremena/
Si consigo rabos un día de estos (no es sencillo) los aliñares para probar según esta receta.
Gracias por compartir.
Íñigo says:
17 septiembre, 2014 at 21:49
Santiago, muchas gracias por tu comentario. Me ha parecido muy interesante. Un saludo
Guillermo Caricero says:
11 octubre, 2014 at 08:19
En Inglaterra tienen bastante polémica con los smokies (el quemar la piel de las ovejas).
Forma parte del recetario de los africanos pero son ilegales en Inglaterra. allí utilizan ovejas viejas
todo en este documental de munchies
http://munchies.vice.com/videos/politics-of-food-smokies
Íñigo says:
25 octubre, 2014 at 22:39
Gracias Guillermo, muy interesante. Acabo de verlo. Una joya. Un saludo