Hace mucho tiempo que no me atrae algo sólo porque esté prohibido, pero ¡coño!, por una cosa o por otra, ¡el sexto mandamiento es el que más tentador! – más explicaciones en siguientes posts.
Los 10 mandamientos de la Nouvelle Cuisine (porque los otros nos los sabemos casi todos)
1- No cocerás demasiado
2- Utilizarás productos frescos y de calidad
3- Aligerarás tu carta
4- No serás sistemáticamente modernista
5- Te servirás de las aportaciones de nuevas técnicas
6- Evitarás adobos, fermentaciones, maridadas, etc
7- Eliminarás salsas blancas y oscuras
8- No ignorarás la dietética
9- No harás trampa en los montajes de los platillos
10- Deberás ser creativo
No puede ser que coincidan las fermentaciones con los actos impuros en el mismo mandamiento sólo por casualidad, ¿será que son equivalentes y que ambos nos alegran la vida y por eso se prohíben? imposible porque una de las tablas trata de gastronomía, un ejercicio de disfrute que, como el sexo, va más allá de la satisfacción de una pulsión (combustible para el cuerpo o combustible para la perpetuación de la especie), ¿no? ¿O que los adobos y fermentaciones, en la mente de sus autores eran un equivalente a la putrefacción que devenía de la vida díscola a la que conducía el sexo? ¿Es sólo un juego de palabras? ¿Un guiño? si fuera así, ¿a quién? No puedo entender el por qué de prohibir adobos, marinadas y fermentaciones, ¿alguna idea? Para abrir boca, ¿qué haríamos sin vino, cerveza, vinagres, quesos, yogures, miso, salsa de soja, kimchi y demás?
Estos mandamientos tienen ya muchos años, pero muchos de sus puntos siguen teniendo sentido, me gustan, sobre todo, el 4º, el 5º y el 8, aunque el 1, 2 y 3 también, pero ahora ya son mucho más obvios.
Anto says:
20 febrero, 2013 at 09:27
Totalmente de acuerdo en la crítica. Una vez más, me parece que este decálogo coloca el foco en occidente, obviando milenios de aportes de otras culturas gastronómicas. A poco que te interese esas cocinas (y en toda disciplina o arte, lo primero es ver qué se hace, o qué se ha hecho), descubres la potencialidad de esos procesos de interacción (llámeseles marinadas, abobados, cocciones en frío,…). Coge una pechuga de pollo (el paradigma de la carne seca) y marínala en soja, sake y mirin… O en una mezcla tandoori… Y luego pásala por el fuego. Probablemente te enganche, y lo apliques a otras carnes y preparaciones. Al final, se trata de enriquecer, de resaltar las cualidades y matices de cada ingrediente, de disfrute, en definitiva. No todo puede ser cocción en caliente y concentrada, en tiempo y volumen… Aunque se prestan más al espectáculo y a la cocina en directo con cámaras y pinganillo. Recuerdo a Chicote en su programa actual preparando su famoso tataki de atún rojo con ajoblanco: lo presentó como un plato rápido de preparación, obviando que el atún precisaba (tras pasar por la plancha) de 24 horas de marinado en vinagre de arroz… Algo difícil en un programa de 45 minutos.
cpmt says:
20 febrero, 2013 at 15:29
..bueno, el pollo, el pavo, el cerdo salen mas sabrosos y menos secos despues de cocinados. SOLO necesitan : agua (no del grifo) + sal + azucar (la misma cantidad de sal y azucar) … optcional: un poco de vino… o hierbas aromaticas etc.. debe estar refrigerado por lo menos 5 horas. Y lo de fermentar… yo no se mucho de esto(no soy experta en cocina) pero los algunos alimentos fermentados son mas nutritivos y beneficiosos para la salud.
Raquel says:
24 febrero, 2013 at 21:30
Hola,
Buen artículo para reflexionar. Pues, la verdad, yo tampoco entiendo el por qué del sexto mandamiento, más pensando que éste es, en muchas ocasiones, el culpable de hacernos disfrutar con el sexto sentido. Quizás el quid de la cuestión sea, precisamente, la tentación, la provocación que lleve a su incumplimiento para que digamos «soy culpable, porque he pecado y he disfrutado». Vamos que no le encuentro sentido alguno, sólo el que se escriba para provocar lo contrario.
Si hiciéramos caso a esto, está claro que nos perderíamos muy buenos momentos. Brindo por el vino, el bienmesabe, los encurtidos y por inclumplir el sexto 🙂
Abrazos. Raquel