La semana pasada, de camino al trabajo, me encontré una gratísima sorpresa en una escalera que sube de Agustín de Betancourt a Modesto Lafuente, sube porque lo dice el texto y porque ella quiera, pero yo la bajo siempre.
Me produjo, y me sigue produciendo un gran placer ver cómo la obra de Cortázar cobra vida de forma inesperada y de una manera que al autor le hubiera encantado. El enormísimo Julio debe estará retorciéndose de alegría en su tumba al saber qué está pasando.
Mi más sincera enhorabuena a los cronopios que han dado vida al cuento sacándolo a la calle. Espero que me encuentren igual que yo econtré sus huellas. ¿Qué mejor soporte para unas instrucciones que el propio utensilio del que hablan? Para el próximo, ¡contad conmigo!
Os dejo el texto entero. Espero que os salte a la boca una sonrisa.
Instrucciones para subir una escalera
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
Y un vídeo que define muy bien qué es un cronopio (con algún que otro bonus).
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=XO1TGxCpbP4]
Y otro sobre cómo subir escaleras, esta vez al revés:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=kJWLcrEXYOk&w=425&h=349]
Y un link con todos los cuentos de Historias de Cronopios y de Famas
Willy says:
29 junio, 2011 at 16:45
Muy bueno, me encanta el texto de la escalera y que crack el que se lo ha currado.
Eso es satisfacción personal y generosidad hacia el pueblo!