Este platillo siempre tiene un éxito arrollador. Es refrescante, sabroso, y con un sabor muy familiar. Y es otro ejemplo más de cómo una fruta se puede utilizar como una verdura.
Me hubiera gustado aprovechar este post para hablaros de un ingrediente «maldito» que siempre uso en este plato: el glutamato monosódico. Sin embargo, me he liado a escribir sobre el tema y me ha salido una página (que podéis encontrar en la cabecera).
Ingredientes para 4 personas:
- 1 melón de piel de sapo (preferiblemente que no esté demasiado maduro)
- El jugo de ½ lima
- La carne de unos 15 langostinos, sin el intestino central y cortadas en trocitos que te puedas llevar a la boca fácilmente. (También puedes sustituir por jamón ibérico picadito crudo o a la plancha, deshidratado y crujiente y haces un melón con jamón de otra manera)
- Sal
- Glutamato monosódico
- Una buena cantidad de aceite arbequina.
Preparación:
- Tritura la carne del melón en un vaso americano o thermomix hasta que quede hecho un puré.
- Añade algo más de mitad de la sal que usarías normalmente para esta preparación y la misma cantidad de glutamato.
- Con la batidora todavía en marcha, añade el aceite de oliva a chorro fino; hay que echar bastante cantidad, puede que incluso ¼ de litro. Tiene que quedar muy ligado, como una mayonesa ligera y en ningún caso como un puré. En este plato es especialmente importante usar un aceite de muy buena calidad, suavecito y afrutado, aquí el aceite es un gran protagonista. Si consigues un aceite de arbequina de frutos verdes, incluso mejor.
- Aliña con el jugo de limón hasta que tengas un sabor ligeramente ácido.
- Saltea las gambas y deja enfriar antes de servir.
Presentación: Decora con un hilito de aceite de oliva.